viernes, 7 de septiembre de 2012

El Capitán Domingo de los Ríos y las tierras



El 5 de julio de 1777, el Teniente de Gobernador Don Melchor de Echagüe y Andia, en los autos seguidos por doña María Francisca Arias de Cabrera de Larramendi, como heredera de don Francisco Arias de Cabrera y Saavedra, reclamando la propiedad de todo el territorio comprendido entre el río Las Conchas y el arroyo de la Ensenada, en la otra banda del Río Paraná, tomando este su frente y los fondos hasta el río Uruguay, dispone se realicen las diligencias de mensura y toma de posesión de dichos campos, designando a tal efecto a don Pedro de Mendizábal y al piloto agrimensor don José Sourriere de Souillac para llevar a cabo dicha diligencia. El 11 de agosto del mismo año, cuando los comisionados prentenden iniciar la mensura en el arroyo de la Ensenada, se hace presente el Capitán Domingo de los Ríos, junto con los hombres que formaban parte de la Compañía del Espinillo, y al tomar conocimiento de la tarea que debían realizar, les solicitó que se les hiciera conocer la providencia. Dado que ellos eran “pobladores antiquísimos en el referido Partido” preguntó porqué no habían sido notificados sobre tal resolución; y les comunicó que si querían seguir con dicha diligencia debían informarle sobre todos los documentos que obraban en su poder para poder apelar la medida. Ante tal requerimiento, los comisionados decidieron volver al poblado de la Bajada. Al día siguiente, con la presencia del Alcalde de la Santa Hermandad don Sebastián de Aguirre, se citó a la Compañía del Espinillo, treinta vecinos y pobladores del Espinillo y los dos capitanes de la zona, don Domingo de los Ríos y don Silvestre Salinas, a fin de notificarles el decreto y la tarea encomendada. El Capitán Domingo de los Ríos respondió que “le diese el tanto de los referidos documentos que les acababa de leer y que después podía salir a el Amojonamiento de dicho terreno”, a lo cual accedieron los comisionados y pudieron proseguir con su tarea.[1]


En 1793, don José Teodoro Larramendi solicita al Sub Delegado de la Real Hacienda que declare la nulidad de la venta efectuada por la Junta de Temporalidades a don Domingo de los Ríos de un terreno que inicialmente había sido vendido a Don Juan Broin de Osuna el 1 de septiembre de 1774 como parte de las tierras confiscadas a los jesuitas, propiedad que posteriormente fuera vendida a don Domingo de los Ríos, con intervención de la Junta de Temporalidades el 4 de mayo de 1787. El reclamo de don José Teodoro Larramendi se basaba en el hecho de que dichas tierras no pertenecían a los jesuitas sino formaban parte de las tierras que sus antepasados habían canjeado con los jesuitas. El proceso duró alrededor de diez años, y una vez verificado lo manifestado por don José Teodoro Larramendi, se dispuso que le fueran abonados a éste las cifras pagadas inicialmente por don Domingo de los Ríos y las rentas abonadas con posterioridad a la Junta de Temporalidades, las cuales, según el documento, fueron abonadas por don Juan de los Ríos. El pleito concluyó el 6 de septiembre de 1804, al percibir don José Teodoro Larramendi los montos correspondientes a dichos conceptos.[1]


[1] PEREZ COLMAN, Historia de Entre Ríos, Epoca colonial (1520-1810), Tomo III, p. 451/475.




[1] PEREZ COLMAN, Historia de Entre Ríos, Epoca colonial (1520-1810), Tomo III, p. 375/377.

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