Don Edmundo Miranda se presentó como candidato a Diputado Provincial por el Departamento Villaguay en las elecciones realizadas el 7 de marzo de 1897, si bien la Junta Electoral lo proclamó como vencedor en dichas elecciones, la Comisión de Milicias, Peticiones y Poderes de la H. Cámara de Diputados, integrada por los diputados Casiano Calderón, Alfredo Méndez Casariego y Ruperto Acebal, aduciendo irregularidades en el escrutinio, recomendó a la Cámara de Diputados que declarara nula la elección practicada en el Departamento Villaguay, y por lo tanto no reconocía el diploma de diputado provincial de don Edmundo Miranda.
Don Edmundo Miranda fue citado por la Cámara de Diputados para que hiciera su descargo en la sesión realizada el día 14 de mayo de 1897. Allí trabó una acalorada discusión con del diputado Francisco Maglione, un veterano de la cámara ya que llevaba más de 14 años como diputado provincial, representando alternativamente a distintos departamentos de la provincia (en ese momento representaba al
Departamento Federación siendo que él residía en Paraná). Después del debate, la Cámara aprobó el dictámen de la Comisión, anularon la elección de Villaguay y frustraron las aspiraciones del jóven Miranda, al que le recomendaron que volviera a su pueblo y regresara si lograba ganar una nueva elección. Edmundo Miranda expresó en su descargo que la impugnación había sido realizada por personas interesadas y enemigos politicos suyos, incluso no pertenecientes al padrón de Villaguay, porque habia dejado fuera al candidato oficialista, Julio Parera.
Fuente: Diario de Sesiones, Honorable Cámara de Diputados de la Provincia de Entre Rios, 38º Periodo Legislativo, 3º Sesión Ordinaria.
lunes, 11 de noviembre de 2013
miércoles, 8 de mayo de 2013
Otro poema de Antonia
Poema de mi tia abuela Antonia Artucio Ferreira:
"Ideal"
En el aburneo teclado
del melancolico piano
buscó tu aligera mano
un nocturno imaginado...
en el aburneo teclado.
Como alondras doloridas
batían misticas alas
las notas de las escalas
rapidamente surgidas...
como alondras doloridas;
Con sugestiva premura
brotaran recuerdos viejos
cual efimeros reflejos
mensajeros de amarguras...
con sugestiva premura.
Tuvo la mustia bujía
en medio a el amplio salón
semblanzas del corazón
en lobreguez de agonía...
tuvo la mustia bujía.
Entraban tacitamente
por los fáciles vidriales
danzarines espectrales
que fugaban brevemente ...
entraban tacitamente.
Nuestras almas embriagadas
con divinas soñaciones
sufrian las emociones
de las horas acalladas ...
nuestras almas embriagadas.
Mis dedos ensortijados
con rizos de tu melena
la tragicómica escena
mas fueron aligerados...
mis dedos ensortijados.
Fueron dos mágicos signos
interrogantes tus ojos
que mis débiles enojos
alejaron peregrinos...
fueron dos mágicos signos.
Y en el supremo embeleso
que los gratos esponsales
de firmezas teologales
sellábamos con un beso ...
y en el supremo emberleso.
Como un extraño consejo
tempestivamente dado
nuestro idilio duplicado
en la luna del espejo...
como un extraño consejo.
Y en el aburneo teclado
del melancólico piano
de nuevo buscó tu mano
un nocturno imaginado ...
en el abúrneo teclado.
"Ideal"
En el aburneo teclado
del melancolico piano
buscó tu aligera mano
un nocturno imaginado...
en el aburneo teclado.
Como alondras doloridas
batían misticas alas
las notas de las escalas
rapidamente surgidas...
como alondras doloridas;
Con sugestiva premura
brotaran recuerdos viejos
cual efimeros reflejos
mensajeros de amarguras...
con sugestiva premura.
Tuvo la mustia bujía
en medio a el amplio salón
semblanzas del corazón
en lobreguez de agonía...
tuvo la mustia bujía.
Entraban tacitamente
por los fáciles vidriales
danzarines espectrales
que fugaban brevemente ...
entraban tacitamente.
Nuestras almas embriagadas
con divinas soñaciones
sufrian las emociones
de las horas acalladas ...
nuestras almas embriagadas.
Mis dedos ensortijados
con rizos de tu melena
la tragicómica escena
mas fueron aligerados...
mis dedos ensortijados.
Fueron dos mágicos signos
interrogantes tus ojos
que mis débiles enojos
alejaron peregrinos...
fueron dos mágicos signos.
Y en el supremo embeleso
que los gratos esponsales
de firmezas teologales
sellábamos con un beso ...
y en el supremo emberleso.
Como un extraño consejo
tempestivamente dado
nuestro idilio duplicado
en la luna del espejo...
como un extraño consejo.
Y en el aburneo teclado
del melancólico piano
de nuevo buscó tu mano
un nocturno imaginado ...
en el abúrneo teclado.
Soledad y poesia
"Silencios y soledades"
En el gran silencio de la tarde
en que todo se encubre en el misterio,
en que la soledad enferma el alma
y sufre el corazón vacío inmenso...
Cuando largos sollozos y suspiros
deja en las puertas al pasar el viento
y un rumor funerario la arboleda
semeja en el alocado balanceo...
En medio a las tinieblas de mi estancia,
mientras vuelve el pasado al pensamiento
y corren temblorosas por mi rostro
las lágrimas que arrancan los recuerdos...
En el gran silencio de esas horas
en que todo se encubre en el misterio,
a mi dolor parece que se asocia
la santa imagen de mis padres muertos!
Antonia Artucio Ferreira (1914)
En el gran silencio de la tarde
en que todo se encubre en el misterio,
en que la soledad enferma el alma
y sufre el corazón vacío inmenso...
Cuando largos sollozos y suspiros
deja en las puertas al pasar el viento
y un rumor funerario la arboleda
semeja en el alocado balanceo...
En medio a las tinieblas de mi estancia,
mientras vuelve el pasado al pensamiento
y corren temblorosas por mi rostro
las lágrimas que arrancan los recuerdos...
En el gran silencio de esas horas
en que todo se encubre en el misterio,
a mi dolor parece que se asocia
la santa imagen de mis padres muertos!
Antonia Artucio Ferreira (1914)
Un regalo especial
Este es un poema que mi tia-abuela Antonia Artucio Ferreira obsequió a mi abuela Haydee Miranda en 1914, en la dedicatoria decia que como no podia enviarle flores le enviaba flores de su alma:
"Manos"
Manos piadosas y albinas;
aristocráticas manos!
por diminutas y finas ...
de las sortijas divinas
que lucen los soberanos
os considero muy dignas!
Manos para bendiciones!
Unidas quisiera verlas
en fervientes oraciones...
guardando los eslabones
en forma de madreperlas,
¡Albos iris tus botones!
Manos que son dulcemente
mensajeras de caricias
cuando el alma esta doliente...
manos que forman la fuente
de las ternuras primicias
en una pasión naciente!
Bellas manos que semejan
alitas de querubines
cuando animadas festejan...
cuyos aplausos nos dejan
un susurro de maitines
que las nostalgias alejan!...
Bienhechoras y adoradas
manecitas bondadosas
que me recuerdad dos hadas ...
¡Epístolas nacaradas
para decir muchas cosas
mientras son acariciadas!
"Manos"
Manos piadosas y albinas;
aristocráticas manos!
por diminutas y finas ...
de las sortijas divinas
que lucen los soberanos
os considero muy dignas!
Manos para bendiciones!
Unidas quisiera verlas
en fervientes oraciones...
guardando los eslabones
en forma de madreperlas,
¡Albos iris tus botones!
Manos que son dulcemente
mensajeras de caricias
cuando el alma esta doliente...
manos que forman la fuente
de las ternuras primicias
en una pasión naciente!
Bellas manos que semejan
alitas de querubines
cuando animadas festejan...
cuyos aplausos nos dejan
un susurro de maitines
que las nostalgias alejan!...
Bienhechoras y adoradas
manecitas bondadosas
que me recuerdad dos hadas ...
¡Epístolas nacaradas
para decir muchas cosas
mientras son acariciadas!
martes, 30 de abril de 2013
El abuelo romántico
Transcribo una poesia que escribió mi abuelo Julio Artucio a mi abuela Haydee Miranda, en 1915, cuando eran novios:
Tus ojos...
¡Oh tus regios ojos negros de sutil policromía...
que en mis noches de delirios y quiméricas visiones,
cual nenúfares divinos ve flotar mi fantasía
en la riente superficie de un gran lago de ilusiones.
Oh, tus ojos negros tristes de angustiosa letargía..
almas tiernas marchitadas por ingentes afecciones,
pensativas flores mustias de romática agonía
que trasuntan mis sentidos a un raudal de ensoñaciones...
Ven, ¡oh! hermosa poseedora de esos ojos tentadores
dulces ánforas fecundas cuyo néctar delicioso
suplicando están los mios cual febriles bebedores...
Ven y acerca a mi esos ojos soñadores y sombríos,
que en el mar de sus pupilas cunde un algo misterioso
que veneran incansables, los amantes ojos míos.
Tus ojos...
¡Oh tus regios ojos negros de sutil policromía...
que en mis noches de delirios y quiméricas visiones,
cual nenúfares divinos ve flotar mi fantasía
en la riente superficie de un gran lago de ilusiones.
Oh, tus ojos negros tristes de angustiosa letargía..
almas tiernas marchitadas por ingentes afecciones,
pensativas flores mustias de romática agonía
que trasuntan mis sentidos a un raudal de ensoñaciones...
Ven, ¡oh! hermosa poseedora de esos ojos tentadores
dulces ánforas fecundas cuyo néctar delicioso
suplicando están los mios cual febriles bebedores...
Ven y acerca a mi esos ojos soñadores y sombríos,
que en el mar de sus pupilas cunde un algo misterioso
que veneran incansables, los amantes ojos míos.
El abuelo Julio Artucio
viernes, 18 de enero de 2013
"Nita": la monja y el obispo
La historia de Isolina Jaime Costa, conocida en la familia como Nita, es una historia muy particular. Nita era hija de Dora Costa Artucio, nieta por lo tanto de Isolina Artucio, hermana de mi abuelo.
Nita decidió en su juventud ser monja, cosa que irritó mucho a su abuelo, el Dr. Costa Irigoyen, hombre de que tenia cierta fortuna de importancia en la época. Según cuentan, su abuelo le ofreció a Nita lo que fuera con tal de que no entrara al convento, pero ella no le hizo caso, y su abuelo prometió desheredarla. A tal punto llegaba su enojo que en sus ultimos momentos, el viejo se casó con la enfermera que lo cuidaba, para que esta heredara su fortuna y con el compromiso de que no le entregara nada a su nieta.
Nita se hizo monja y estuvo un tiempo en el convento de San Ramón, en Uruguay, cerca de Montevideo. Recuerdo que una vez la visitamos allí con mi familia, era una persona muy agradable, y durante un tiempo mantuvimos correspondencia con ella. En el ultimo viaje que hicimos con mi padre a Uruguay, la tía Antonia nos contó que a Nita la habian trasladado a un convento en Córdoba (Argentina).
Parece ser que de Córdoba después fue trasladada a San Juan donde su vida tuvo un cambio brusco. Allí en San Juan, Nita conoció a Fernando Herrera, que por ese entonces era obispo, y se enamoraron. A tal punto era verdadero ese amor, que ambos decidieron abandonar los hábitos y casarse. Después de casarse se trasladaron a Mendoza y se radicaron en la ciudad de Godoy Cruz, donde tuvieron un hijo, aproximadamente en el año 1974, llamado también Fernando Herrera, y por lo que me fue informado, de profesión psicologo.
Hace ya unos años falleció Fernando Herrera y Nita, de acuerdo a lo que me informó otra miembro de la familia, seguía viviendo en Godoy Cruz, pero estaba delicada de salud, por lo tanto no se si todavia vive.
Su hijo se había casado, también con una psicologa y tenia su familia.
Finalmente, aquella vocación contra la que nada pudo hacer su abuelo fue derrotada por el amor. Nita perdio la herencia de su abuelo pero al final ganó una familia. Su sacrificio al final tuvo su recompensa.
jueves, 3 de enero de 2013
Hermenegilda Riquelme de Troncoso
Hermenegilda Riquelme, nacida en 1814, hija natural de María Josefa Riquelme, se casó en la Parroquia de Todos
los Santos de Santa Fe, el 26 de enero de 1836, con Celedonio Troncoso Astrada,
hijo de Antonio Troncoso y de Francisca Paula Astrada, naturales de San José
del Rincón (Registro
de Matrimonios, 1820-1838, Fº 239 vta.). Allí consta que Hermenegilda era hija de la
finada María Josefa Riquelme. Tuvieron varios hijos:
1)
José María Troncoso
Riquelme,
nacido el 18 de diciembre de 1836 y bautizado en Paraná el 11 de febrero de
1837, siendo su madrina Eugenia Ramírez (Registro de Bautismos, Libro 7,
f. 3 vta.)
2)
Andrés Avelino Troncoso
Riquelme,
fallecido en Paraná, siendo párvulo, el 2 de marzo de 1843 (Registro
de Defunciones, Libro 4, f. 102)
3)
Magdalena Troncoso
Riquelme, nacida
el 28 de marzo de 1850 y bautizada en San José del Rincón el 4 de abril de ese
año, cuando tenía 4 días de nacida, sus padrinos fueron José Ramírez y
Buenaventura Troncoso
5)
Andrés Troncoso Riquelme,
nacido
el 4 de febrero de 1856 y bautizado en S.J. del Rincón al día siguiente, sus
padrinos fueron José Ramírez y Bentura Troncoso;
6)
Manuela Troncoso Riquelme, nacida el 25 de marzo
de 1860 y bautizada en S.J. del Rincón el 27 de marzo de ese año, su madrina
fue María Magdalena Cardoso.
Antes de casarse, Hermenegilda tuvo una hija:
7) María
de la Cruz Riquelme, nacida el 3 de mayo de 1834 y bautizada en Paraná el 9
de junio de ese año, sus padrinos fueron Lorenzo Acosta y Lucia Riquelme (Registro
de Bautismos, Libro 6, f. 63 vta.)
En el censo de 1844, esta niña figura como Cruza
Riquelme, de 9 años, viviendo en Paraná con su tía abuela Felipa Riquelme.
En el censo de 1869, figuran en San José del Rincón:
Magdalena Troncoso, 17 años, casada; Delfín López, 27 años, casado; Nemesia
Troncoso, 17 años, soltera; Manuela Troncoso, 7 años; Andrés Troncoso, 12 años;
Pantaleón Troncoso, 22 años, soltero; María Troncoso, 29 años; Wenceslao
Troncoso, 28 años; Paulina Troncoso, 28 años; Estefanía Troncoso, 20 años; y
Hermenegilda, 47 años, viuda.
4) Nemesia (o Demesia) Troncoso Riquelme se casó en Santa Fe, el
4 de marzo de 1874, con Gregorio Troncoso Navarro, de 22
años, hijo de Olegario Troncoso y de Josefa Navarro; fueron testigos Luis
Bianchi y Teodosia Troncoso.
7) María de la Cruz (Cruza) Riquelme se casó en San José del
Rincón, el 6 de febrero de 1853, con Juan Amancio Zeballos, hijo natural
de Marcelina Zeballos (Registro
de Matrimonios, Libro 1, f. 36).
Tuvieron al menos 2 hijos:
1)
Cástulo Zeballos Riquelme, nacido en 1854
2)
Vicente Zeballos Riquelme, nacido el 5 de abril de
1858 y bautizado en Paraná el 15 de ese mes. Falleció el 26/VIII/1859 y fue
sepultado en Paraná.
7.2) Cástulo Zeballos Riquelme se casó en Santa Fe, el
29/XII/1877, con Isidora Alarcón Gómez, nacida en 1860, hija de Fructuoso Alarcón y de Mauricia Gómez.
Tuvieron al menos 2 hijos:
1)
Cornelio Eduardo Zeballos
Alarcón,
bautizado en Santa Fe el 7/XII/1878
2)
Cruz Angel Zeballos
Alarcón,
bautizado en Esperanza el 21/IX/1886
[1] No se localizó el acta de
bautismos pero en el acta de matrimonio consta que era hija de Celedonio
Troncoso y Hermenegilda Riquelme.
Los Yfran o Ifran o Isfran
María Riquelme de los Ríos, nacida en julio de 1789
y fue bautizada el 15/IX/1789, cuando tenía 3 meses, sus padrinos fueron
Pascual Ramírez y Teresa Ramírez (Reg. de Bautismos, Libro 2B, f.14). Se casó en Paraná, el
14 de septiembre de 1812, con Luis Yfrán (o Ifran) Rodríguez, hijo
de Alberto Yfran y Polonia Rodriguez (Registro de
Matrimonios, Libro 2º, Fº 75 v),
y tuvieron al menos 2 hijos:
1)
Bonifacio Yfran (o Ifran)
Riquelme,
nacido y bautizado en Paraná el 2 de enero de 1814, sus padrinos fueron Domingo
Rodríguez y Juliana Taborda (Registro de Bautismos, Libro 3º, Fº 128)
2)
Idelfonso Yfran (o Ifran)
Riquelme,
nacido el 22 de enero de 1820 y bautizado en la Parroquia de San Nicolás de
Bari de San Nicolás de los Arroyos, el 25 de enero de 1820, sus padrinos fueron
Remigio Ereñu y Antonina Ereñu (Registro de Bautismos, Libro 6, Fº 46).
En el acta de matrimonio de Idelfonso Ifran (1853)
figura que Luis Ifran ya había fallecido pero María Riquelme todavía vivía.
En el censo de 1820, figuran en el Partido de
Ensenada: Alberto Ifran, 53 años, casado;
Luis Ifran, 28 años, casado; Miguel Ifran, 26 años, soltero; Dionisio Ifran, 23
años, soltero; Polonia Rodriguez, 60 años, casada; María Ignacia Ifran, 24
años, soltera; Paulina Ifran, 7 años; y Modesta, 6 años.
1) Bonifacio Ifran Riquelme se casó con Agustina
Martínez y se radicó en Victoria, donde tuvo al menos dos hijos:
1)
María Eulogia de la
Paciencia Ifran Martínez,
nacida el 11/III/1833 y bautizada en Victoria el 10/VI/1833, sus padrinos
fueron Miguel Gerónimo Silva y Margarita Martínez (Registro de
Bautismos, f. 494)
2)
Juan Onofre de Aranzazú
Ifran Martínez, nacido
el 12/VI/1835 y bautizado en Victoria el 15/XI/1835, sus padrinos fueron
Gerónimo Martínez y Josefa Martínez (Registro de Bautismos, f. 527).
2) Idelfonso Ifran Riquelme, se casó en Victoria, el
25/IV/1853, con Escolástica Romero Abalos, oriunda de San Nicolás de los
Arroyos, hija de Buenaventura Romero y de María Casilda Abalos (Registro
de Matrimonios, 1853, f. 328).
Tuvieron al menos una hija:
1)
Juana Nepomucena Ifran
Romero,
nacida el 16/V/1858 y bautizada en Victoria el 18/V/1858, sus padrinos fueron
Vicente Arce y Estefanía Arce (Registro de Bautismos, f. 337).
Los hijos de Lorenzo Riquelme
1) María Bonifacia Riquelme Aquino, nació el 4 de junio de
1804 y fue bautizada en Paraná el 16/XII/1804, sus padrinos fueron Julián de
los Ríos y María del Carmen Riquelme (Registro de Bautismos, Libro
2ºbis, f. 67 vta.).
Se casó en Paraná, el 27 de octubre de 1830, con Antonio Lucena Ferreyra,
hijo de Juan Ramón Lucena y de Angela Ferreyra (Registro de
Matrimonios, Libro 3º, f. 68).
Tuvieron al menos 6 hijos:
1)
María del Socorro Lucena
Riquelme, nacida
el 25 de septiembre de 1831 y bautizada en Paraná el 31 de diciembre de ese año
(Registro
de Bautismos, Libro 5, f. 391 vta.);
2)
Anastasio Lucena Riquelme,
nacido
el 15 de marzo de 1833 y bautizado en Paraná el 15 de junio de ese año (Registro
de Bautismos, Libro 5, f. 462 vta.);
3)
José Benito Lucena
Riquelme,
nacido el 27 de marzo de 1835 y bautizado en Paraná el 9 de mayo de ese año (Registro
de Bautismos, Libro 6º, f. 127);
4)
Micaela Lucena Riquelme, nacida el 29 de octubre
de 1837 y bautizada en Paraná el 2 de noviembre de ese año (Registro
de Bautismos, Libro 7º, f. 31);
5)
María Francisca Lucena
Riquelme,
fallecida siendo párvula el 15 de febrero de 1842 (Registro de
Defunciones, Libro 4, f. 69);
6)
Rafael Lucena Riquelme, nacido el 24 de octubre
de 1839 y bautizado en Paraná, el 6 de marzo de 1840 (Registro de
Bautismos, Libro 7º, f.122 vta.).
María
Bonifacia Riquelme
falleció en Espinillo y fue sepultada en Paraná el 12 de mayo de 1849 (Registro
de Defunciones, Libro 5º, f. 52/53).
En el censo de 1869, José Benito Lucena figura como Benito Lucena, de 34 años, soltero, en
la zona de Antonio Tomás, y Rafael Lucena
figura en la misma zona, de 24 años, soltero.
1.1) María del Socorro Lucena Riquelme, nació el 25 de
septiembre de 1831 y se casó en Paraná, el 11 de febrero de 1850, con Marcelo
Godoy Gómez, hijo de Victoriano
Godoy y de Inocencia Gómez;
siendo testigos Domingo Vásquez y Rufina Taborda (Registro de
Matrimonios, Libro 5, f. 125).
Tuvieron al menos 6 hijos:
1) María Cándida Godoy Lucena, nacida el 29/VIII/1851 y bautizada en
Paraná el 14/XI/1851 (Registro de Bautismos, Libro 10, f. 263);
2) María Estanislada Godoy Lucena, nacida el 13/XI/1853 y bautizada en
Paraná el 23/I/1854 (Registro de Bautismos, Libro 11, f. 260);
3) Pedro Damián Godoy Lucena, nacido el 23/II/1859 y bautizado en
Paraná el 20/X/1859 (Registro de Bautismos, Libro 15, f. 15);
4) Presentación Godoy Lucena, nacida el 21/XII/1860 y bautizada en
Paraná, Distrito de Antonio Tomás, el 24/I/1861 (Registro de
Bautismos, Libro 15, f. 310);
5) Ramona Gila Godoy Lucena, nacida en agosto de 1863 y bautizada en
Paraná el 21/V/1864, cuando tenía 9 meses (Registro de
Bautismos, Libro 16, f. 367);
6) Florentina Adelaida Godoy Lucena, nacida el 16/X/1865 y bautizada
en Paraná el 10/VIII/1866 (Registro de Bautismos, Libro 16, f. 650).
1.2) Anastasio Lucena Riquelme, nació en Paraná el
15/III/1833 y se casó en Paraná, el 2 de junio de 1862, con Clemencia
Bello Mendoza, hija de Ramón
Bello y de Ana Mendoza (Registro
de Matrimonios, Libro 7, f. 58).
Tuvieron al menos 3 hijos:
1)
Silvano Lucena Bello, nacido en 1861 o 1862
(según el censo de 1869)
2)
Carmen Lucena Bello, nacida el 16 de junio
de 1865 y bautizada en Paraná el 11/XII/1865;
3)
Justa Lucena Bello, nacida en 1868 (según
el censo de 1869)
En el censo de 1869 figuran en la zona de Antonio
Tomás, Anastasio Lucena, de 36 años; Clemencia Bello, de 28 años; Silvano Lucena, de 8 años; Carmen Lucena, de 4 años; y Justa Lucena, de 1 año.
1.2.1) Silvano Lucena Bello
figura en el censo de 1895 en el Departamento Villaguay, de 33 años, casado con
Gabriela
Molina, de 28 años, y con 6
hijos: Teodosia (12 años), José María (10 años), Cruz (8 años), Anastasio (6 años), Roque
(4 años) y Tomasa (1 año). Gabriel Molina manifiesta llevar 13
años casada y haber tenido 6 hijios.
Se localizaron las partidas de bautismo de los
siguientes hijos: José María Lucena,
bautizado en La Paz el 23/VI/1886; Crus
Lucena, bautizado en Las Paz el 9/III/1888;
Roque Lucena, bautizado en
Villaguay el 23/IV/1896; y Tomasa
Gabriela Lucena, bautizada en Villaguay el 10/XI/1897.
1.2.2) Carmen Lucena Bello se casó en La Paz, el
15/X/1883 con Wenceslao Tomás Lemos, y tuvieron al menos 4 hijos: María Salomé, bautizada en La Paz el
4/II/1885; Hilaria Carmen, bautizada
en La Paz el 22/V/1887, Irene,
bautizada en La Paz el 13/IX/1893; y Amancio
Leonor, bautizado en La Paz el 10/VII/1897.
1.2.3) Justa Lucena Bello se casó en La Paz, el
22/V/1887, con Manuel Lemos. En el censo de 1895, Justa Lucena figura con 25 años, en La Paz, casada
con Manuel Lemos, de 38 años, con 4
hijos: Angel (8 años), Justo (6 años), Manuel (4 años) y Nicolás
(1 año).
Se localizaron las partidas de bautismo de los
siguientes hijos: Manuel Adolfo Lemos,
bautizado en La Paz el 9/III/1888; Silvestre
Lemos, bautizado en La Paz el 5/IX/1893; e Isidra Lemos, bautizada en La Paz el 27/XII/1899.
2) Juan Bautista Riquelme Aquino, nació en Paraná el 26
de febrero de 1806 y fue bautizado en Paraná el 17/IX/1806, sus padrinos fueron
Luis Villanueva y Antonia Retamal (Registro de Bautismos, Libro 2º bis, f.
118).
3) Julián Riquelme Aquino, nació en Paraná el 26
de febrero de 1808, fue bautizado en Paraná el 26/VI/1808, sus padrinos fueron
José Luján y María del Carmen Riquelme (Registro de Bautismos, Libro 2º
bis, f. 154).
Se casó en Paraná, el 20 de noviembre de 1832, con María
Josefa González, hija natural de María
Rosa González (Registro de Matrimonios, Libro 3, f. 121), y tuvieron al menos
dos hijas:
1) Nicasia Riquelme González, nacida en Paraná el 8de octubre de 1833
y bautizada el 12 de ese mes, su madrina fue María Margarita Gorosito (Registro
de Bautismos, Libro 6, f. 34).
.
2) María de los Santos Riquelme González, nacida en Paraná el 1 de
noviembre de 1835 y bautizada el 6/VIII/1836, sus madrina fue Lucía Riquelme (Registro
de Bautismos, Libro 6, f. .202).
3.1) Nicasia
Riquelme González
se casó en Cayastacito, el 6 de noviembre de 1881, con Francisco Mosquera Zavala,
hijo de Mariano Mosquera y de Rosario Zavala (Registro de
Matrimonios, Libro de Campaña, f. 1).
En el censo de 1895, Nicasia Riquelme figura en San
Justo (zona rural), de 52 años, casada, junto a Francisco Mosquera, de 34 años,
casado.
4) Justo Riquelme Aquino, nacido el 27 de mayo de
1810 y fue bautizado en Paraná el 15/XII/1810, sus padrinos fueron José María
Luján y María del Carmen Riquelme (Registro de Bautismos, Libro 3º, f. 29).
5) Eusebia Riquelme Aquino, nacida el 14 de agosto
de 1813 y, fue bautizada en Paraná el 10/X/1814, sus padrinos fueron José Luján
y Carmela Riquelme (Registro de Bautismos, Libro 3º, f. 158).
Se casó en Paraná, el 17 de diciembre de 1832, con Silvestre
Mendoza, nacido en Santiago del Estero, hijo natural de Simona Mendoza (Registro de
Matrimonios, Libro 3, f. 126)
Eusebia
Riquelme
falleció en Paraná el 28 de diciembre de 1833 (Registro de
Defunciones, Libro 2º, f. 234)
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