Algo curioso que he descubierto a través de mis investigaciones genealógicas es el caso de mujeres viudas que, después de enviudar, tenían hijos que inicialmente eran registrados como hijos "naturales" de las mismas (como si fueran madres solteras) pero con los años esos hijos adoptaban el apellido del marido muerto, que en realidad no era su padre, y lo usaban ese apellido en todo momento. Parece ser que era algo muy común en el Uruguay, pero también lo he encontrado en nuestra país.
Toco este tema en particular porque en una publicación anterior hice referencia a personas que llevan el apellio Mendaro cuando en realidad deberían ser de apellido Hernández, es el caso de los hijos de Felisarda Hernández que tuvo 2 hijos después de la muerte de su esposo Juan Bautista Mendaro y que fueron registrados con el apellido Hernández pero con el tiempo no solo adoptaron el apellido Mendaro sino que eran registrados como hijos de D. Juan Bautista Mendaro, cosa que no era cierta.
Otro caso similar es el de los hijos de Felicinda Pérez Maciel de Artucio, casada con Segundo Artucio Morena, que falleció en el mes de junio de 1878. Después de la muerte de su esposo, Da. Felicinda tuvo tres (3) hijos que fueron registrados como hijos naturales y con el apellido Pérez: Florencio, Bernarda y Rosa. Con el tiempo estos hijos hicieron su confirmación religiosa en Florida y fueron registrados como hijos de Segundo Artucio y Felicinda Pérez, y usaron el apellido Artucio siendo que no eran hijos de Segundo Artucio, que habia muerto varios años antes de que ellos nacieran.
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